Sonreír aporta muchísimas cosas buenas, pero para que nos hagamos una idea, os hablaremos de algunos beneficios que, según la propia ciencia, nos empujan a que tengamos más ganas de sonreír cada día. Y es que, no va en broma, muchos problemas del día a día y muchas dolencias podrían mejorar si dedicásemos varios minutos al día a reír y mostrar optimismo. ¿O acaso no habéis oído hablar de las sesiones de risoterapia? ¡no se crearon en vano!
Lo mejor que podemos hacer es sonreír
Sin efectos secundarios, la sonrisa es la mejor medicina natural que podemos darle a nuestro cuerpo. Así que ya sabes, ve a tu dentista favorito para que te arregle los dientes (si es que tienes alguno mal, claro) porque te aseguramos que a partir de hoy vas a querer tener la boca abierta de par en par cada minuto de tu vida. ¿Nos acompañas en la lectura?
- Nos relaja para conseguir ver más allá de nuestros ojos. Sí, es un poco absurdo pero es totalmente cierto. Cuando estamos preocupados por algo no solemos ver más allá de nuestras narices. Estamos ofuscados y nos cuesta ver con claridad. En cambio, sonriendo, abrimos nuestro cerebro de par en par y lo ayudamos a que vea lo que pasa a nuestro alrededor. Pasa algo similar al hecho de estar en la cama tumbado y sin nada más en que pensar, que nos puede ayudar a ver las cosas de una forma más clara y sin pensamientos turbulentos por en medio.
- Generamos más confianza: dicen que una persona que sonríe es más de fiar porque genera más simpatía. Fijaros sino en vosotros mismos y vuestras experiencias: si conocéis a un grupo de personas es más normal que primero os fijéis con los que sonríen más porque estarán más prestos a establecer diálogo. Es algo que también funciona muy bien en situaciones delicadas como las entrevistas de trabajo: si tu vas a una entrevista y sonríes, puedes transmitir más confianza tanto en ti mismo como a tus entrevistadores.
- Nos ayuda a que nuestro cuerpo funcione mejor. Y eso básicamente se centra en dos cuestiones: la primera es la mejora de al fluidez de la sangre. Es decir: reír dilata el tejido de los vasos sanguíneos, por lo que de forma indirecta mejora nuestra salud cardiovascular. Por otra parte, mejora también nuestro sistema respiratorio, ya que con cada carcajada se libera el aire de nuestros pulmones y se vuelve a llenar con aire nuevo. Se trata, pues, de renovar la respiración y el aire que hace que funcione nuestro cuerpo.
- Somos más atractivos. Bueno, a ver, reír no es equivalente a una operación estética, obviamente… pero si que es cierto que, al igual que hemos dicho que sonreír nos hace crecer la confianza que se deposita en nosotros, también nos ayuda a que seamos más atractivos a ojos externos. Sonreír y ser amables hace que se fijen más en nosotros como en una persona con la que se puede hablar libremente. Eso sí, cabe buscar siempre la justa medida de las cosas, ya que hacerse el gracioso en exceso puede provocar el efecto contrario.
- Reduce nuestro estrés: por último, podríamos apuntar también que sonreír nos ayuda a reducir nuestro estrés, algo que nos provoca o nos puede provocar ciertos problemas de ansiedad. No hay nada como estar con gente que nos aporte buenas vibraciones o hacer actividades que ayuden a relajarnos y a sonreír un poco. Un ejemplo son las series televisivas de humor, que nos ayudan a desconectar un poco de nuestro día a día.